o por lo menos, tal y como lo vivimos...
La mañana soleada auguraba un buen partido. Los dos equipos, los chavales de Navales, y los Navales veteranos se citaron en el terreno de juego sobre las 10:00 de la mañana, y una vez todos en el vestuario la impaciencia se hacía notar: Los chavales de la Escuela con pensamientos como: ¿nos pegarán fuerte? o ¿debería placar a mi profesor?; y los veteranos con pensamientos como: “tengo que dosificar para que no me pase nada, a ver si me va a dar algo”, o “¿me acordaré de jugar después de tantos años?”.
El salto al campo cambió la percepción de todos, las ganas por empezar a jugar y pasar un buen rato desembocaron en un calentamiento serio y con una concentración total. Una vez los campos habían sido elegidos y las normas aclaradas (prohibido patear en campo contrario) los treinta titulares y el señor árbitro estaban en disposición de darlo todo. El óvalo recibido por los goldies fue hurtado rápida y hábilmente por los veteranos que hicieron una bonita jugada a la mano, lo que menguó la concentración de los chavales, ya que jamás habían pensado que ocurriría. Digna galopada por la banda de Ramiro a pase de Mario (Ricky Martin) dejó claro que se iba a plantar batalla. Abriendo el marcador por increíble que parezca.
Los chicos, entrenados y habituados a jugar regularmente, controlaban el partido, con buen juego de delantera y mejor recepción en la línea. pero los veteranos, dignos contrincantes, defendían sin dejar espacios. Finalmente los Navales, consiguieron romper la línea tras un saque rápido de un golpe de castigo desde la línea de veintidós, el saque rápido realizado por Nacho (Almendra), Cabeza encargada de capitanear a los chicos, hizo que la picaresca acabara en ensayo para los más jóvenes del encuentro. Los humos se caldearon un poco debido a lo ajustado del encuentro dejando claro que ninguna de las partes iba a regalar nada, algún agarrón que otro y alguna mano en el ruck fuera de tiempo endurecieron el encuentro. Algunos cambios por falta o por exceso de físico (depende de quién se pregunte) se llevaron a cabo para dar aire nuevo sobre el campo. Una vez dejado claro que por delantera los chicos no podían avanzar (la diferencia de peso era demasiado evidente), la solución natural de los jóvenes fue mover el balón de lado a lado consiguiendo así, que las alas pudieran demostrar al mundo lo que significa la velocidad. Tres galopadas de las más delgadas, pero fornidas y jóvenes gacelas, dejaron a falta de 20 minutos el marcador tres ensayos a uno para los jóvenes. Ensayaron Guille (Merluzo) dos veces bajo palos y el pequeño y veloz Jaime (Dobby) colándose entre líneas para ensayar.
El partido mantuvo un nivel alto de contacto y placaje todo el encuentro, tanto es así que los últimos 5 minutos los Oldies levantaron la cabeza e impusieron su juego. ‘Pick and go’ tras ‘pick and go’ avanzaron metro a metro juntando la defensa contraria para abrir el juego para que de nuevo Mario (Ricky Martin) hiciera acopio de sus últimas fuerzas y esquivando a más de un novato consiguió ensayar. La transformación de la patada fue espectacular, el balón, evitando las leyes de la gravedad, se alzó al menos veinte metros del suelo y como si de un misil se tratara paso entre los palos a una distancia igual del palo izquierdo que del palo derecho, bueno así lo recordamos y recordaremos todos.
La finalización del encuentro dio como respuesta una muestra igual de respeto por ambas partes. Ninguno de los dos equipos quería ser el primero en pasar por el pasillo, los goldies por ser los invitados y en muestra de agradecimiento acabaron homenajeando a los veteranos por su entrega y esfuerzo en el campo. Como si hubiéramos jugado juntos toda la vida, “La Galatea” empezó a sonar sin que hiciera falta organizarlo (dicho sea de paso, los años varían las canciones de una manera genial).
Una vez realizada la foto, y la foto, y la foto, y la foto, y también la foto de rigor, rendir su espacio a patrocinadores (COIN, Iberian Offshore, y a colaboradores, Murimar, Academia Preparando, Atlante, Bureau Veritas, y DNV, se hizo la entrega del trofeo al Capitán de los goldies.
Al partido concurrieron unos 50 jugadores, Ingenieros Navales Veteranos que vinieron a Madrid, desde toda España: Barcelona, Cádiz, Cartagena, Ciudad Real, Valencia, Vigo, Asturias, Mallorca, y Madrid claro, y desde Fuera de España: Inglaterra, y Suiza, y unos 35 futuros Ingenieros Navales de la ETSIN. Una vez sumados los hijos de los veteranos a las fotos, nos dimos cuenta que la magnitud del evento, en la foto no cabíamos tanta gente. En la grada, familias, y amigos de veteranos, sumaban las 300 personas, incluidos Ingenieros Navales (Ramón y Mario) del primer equipo de Rugby de la Escuela, allá por 1970.
Tras el paso por el vestuario, nos dedicarnos a lo que de verdad se trataba el evento, el Tercer Tiempo, charlar, ponerse al día, y disfrutar de la amistad y el compañerismo, en un evento de encuentro de muchas generaciones de Ingenieros Navales.
Excelente organización por parte de todos los voluntarios oldies y goldies (Luismi, Pollo, Ricky Martin, Antonio, Buda, Chivo, Shrek y Almendra y esperamos no dejarnos a nadie en el tintero) se vendieron camisetas, se acabaron las papeletas de la rifa, y se repartieron los premios donados por el COIN y los preparados por los organizadores.
Todos pasamos un rato excepcional. A medida que la cerveza se acababa el hambre ocupaba un puesto importante en nuestra lista personal de necesidades. Poco a poco fuimos sentándonos para hablar unos con otros y que nada de lo que hubiera pasado en el campo importase ya. Más de un goldie salía con la excusa de tomar el aire, pero todos sabemos que en realidad estaba engatusado con el mago que mantuvo entretenidos a los niños y a los adultos.
Nos juntamos 124 adultos y 75 niños en una comida de hermanamiento de Navales, familiares y amigos. Se entregaron los recuerdos que la organización había preparado para los veteranos y para los patrocinadores, colaboradores, el Club Deportivo, la ETSIN, etc...
Finalmente, y como colofón, la sobremesa distendió el ambiente y más de uno pudo tomarse un refresco (o dos). La tarde fue acabándose mientras que los más pequeños tuvieron a Carletes y a Ricky Martin jugando con el oval en el campo, unas dos horas de tranquilidad para los padres, dicho sea de paso.
Entonces y solo entonces, la gente fue desapareciendo, todos con el buen recuerdo de un día que, esperemos no haga falta esperar otros 10 años para poder revivirlo.
Gracias a todos los asistentes, tanto jugadores como amigos y familiares, que consiguieron un ambiente diez para un gran día de Rugby.
Ignacio Monescillo Núñez
Manuel Linares Garvía
Luis Miguel Labarra Pérez
Mario de Vicente Peño
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